“Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu
propia prudencia.” Proverbios 3:4 RVR
¿No te ha pasado que le echas todas las ganas y ¡sopas! no
te salió el asunto como pensabas? Pues a mí un montón de veces y me he
frustrado como no tienes idea, pero también he aprendido mucho de estas caídas.
Una de las cosas que aprendí es que no todo es con fuerza de voluntad, sino que
requiero de dirección para saber hacia dónde dirigirme o esperar el momento
oportuno.
Dios sabe esto y que le necesitamos, te ha dado a ti y a mi
dones y talentos (que tampoco provienen de ti, fueron otorgados por él, que no
se te olvide) para desarrollarlos en esta vida, en tu carrera, en tu iglesia,
en la sociedad y no solo para el yo-yo.
Y el éxito que obtengas dependerá absolutamente de la bendición de Dios.
Así que no todo es voluntad sino que también requieres dirección divina.
He podido ve cuanta falta de dirección necesitan los jóvenes
(y los adultos también, no nos libramos), son una bomba a punto de estallar en el momento y lugar
menos indicado; aunque también he visto el caminar de muchos de ellos -confiados
en Dios- hacer cosas extraordinarias: excelentes profesionistas, escritores,
ministros de Dios, cantantes o amorosos padres
de familia…wow¡¡¡ Por eso, fíate de Dios, no te apoyes ni una pizca en
tu sabionda mente, que tus caminos sean muy, pero muy parecidos a los de Jesús
cumpliendo su misión en la tierra.
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