"Hijos sois de Jehová vuestro
Dios; no os sajaréis...
porque eres santo a Jehová tu Dios,
y Jehová te ha escogido para que le
seas un pueblo único de entre todos los
pueblos que están sobre la tierra.
Deuteronomio 14.1-2 RVR
Deuteronomio 14.1-2 RVR
Sajarse es cortar con algún utensilio filoso cualquier parte de tu piel, se hace con el propósito de sentir y disfrutar el dolor ¿Para qué sajarse si eres un hijo escogido y amado? ¿qué te aqueja? ¿qué dolor interno tienes que no puedes expresarlo? Hoy en día es una moda, pero esta práctica ya existía hace cientos de años atrás, el versículo es una muestra de ello, los pueblos de ese tiempo ya lo practicaban (Deuteronomio se escribió alrededor de 1440 a.C.)[Ver aquí]
Dios fue claro con esta práctica ¡no lo hagas!, no hay necesidad, si él es tu Dios, él te comprende, te conoce, y si tú permites que en tu corazón este su presencia, él ocupará el lugar del dolor, entonces ya no habrá más autodestrucción, baja autoestima, soledad, angustia, desesperación... no será necesario preferir el dolor externo -en tu cuerpo-para no sufrir el interno porque no habrá más dolor.
Tal vez no sajes tu cuerpo, pero que tal te alcoholizas, te drogas, te prostituyes, mientes, robas, eres anoréxico(a) o comes en exceso, es lo mismo; sin embargo Dios quiere sanar todo este dolor interno para que seas libre. Jesucristo pagó todo este dolor para qué tu corazón tenga ahora paz y amor. Piensa y reflexiona ¿qué hago yo para apagar mi dolor?... porque ya no lo necesitas, ya fue pagado. Sólo se sanado con su amor, eres su hijo (a) y su escogido (a).
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