“Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura.” Marcos 2:22 RVR[1]
Inicia un nuevo año y con él nuevos planes, propósitos e ideas. Deseo sinceramente que los puedas cumplir y lograr, pero hoy te invito a reflexionar a través del versículo anterior que todo lo pasado, putrefacto y viejo lo dejes atrás, pues lo viejo no va con los cosas nuevas y frescas que Dios tiene para ti.
Jesucristo es el experto en renovar, él tiene el poder, amor y misericordia para transformar lo seco en pastos verdes, lo vacío en llenarlo, la tristeza en gozo, lo solo en amado, lo cojo o manco en completo, la desesperación en paz, y en aquello que ni se te ha ocurrido. Él hizo un nuevo pacto para que tú y yo seamos renovados, nacidos de nuevo, regenerados o hechos nuevecitos por dentro para que cada día podamos disfrutar de su salvación, libres del pasado y de nuestra maldad.
Todo aquello que hiciste mal o te equivocaste, los errores, las malas actitudes, las malas decisiones son ya el resultado de lo viejo y desgastado, de un corazón que le hace falta lo nuevo que tiene Jesús para él. Renuévate en Dios, acércate y pídele ayuda.
Sin duda para algunos, el pasado fue también bueno, pero Jesucristo siempre tiene algo mejor para los que le buscan y aman. Sé tú uno de ellos, disfruta de lo mejor, Jesús piensa en ti y piensa bien; así que recibe las Buenas Nuevas: él ha venido a ti para amarte, salvarte y darte no sólo lo bueno sino lo mejor, que es darte vida en esta tierra y una vida inimaginable: la vida eterna.
Un mucho, pero mucho muy… ¡Feliz año nuevo!
[1] Hay varias versiones de la Biblia y la que utilizaré es RVR, es decir, Revisión Valera Reina de 1960.
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