Lucas 18:27 RVR
Se es sabido que el abejorro es un insecto que por su forma,
peso y tipo de alas no debería volar; sin embargo, vuela. Aunque hace poco se
hicieron investigaciones de aerodinámica y descubrieron que el abejorro vuela
porque tiene un mecanismo que
aprovecha muy bien la oscilación de sus alas[1]; en fin, el chiste es que pueda o no, vuela; quieran o no, vuela; si lo aprueban
o no, vuela; si el insecto lo sabe o no, vuela… que esto o aquello, él cumple
el propósito para lo que fue creado.
Las cosas que hace Dios, tienen esa característica,
parecen imposibles, pero se hacen, cuando piensas que el plan A, B, C… es el que
funcionará, a Dios le place el plan Z, o el que ni te imaginabas, y funciona, y
bien. No sólo hablo de las
circunstancias, también de las personas, nuestros ojos ven lo humanamente
posible, mas Dios es especialista en lo imposible; así que deberíamos ser como
este pequeño insecto, no importa todos los estudios que cause su efecto de
volar, él vuela porque está obedeciendo a la voz de su Señor.
¿En qué cosas te sientes un abejorro? ¿En qué te sientes
totalmente incapaz de hacer una buena labor? ¿Hay alguna deficiencia tuya que
te ha impedido creer que Dios fluirá precisamente en esta deficiencia? Pues haz
como el abejorro, que no le importó el qué dirán, que pasará, cómo le hará, cómo lo
verán….bla, bla, bla, solamente prestó atención a su creador y obedeció.
Escucha su voz y verás cosas que ojo no vio ni oído oyó; así que vuela.
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