Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con
ni te dejaré."
Hebreos 13:5 RVR
La avaricia carcome a la sociedad de hoy, es obvio, entonces que a cada individuo y ahí te encuentras tú -y yo-; ya sea que ambiciones mejores ropas, vivir en lo mejor de la ciudad, tener unas muy buenas cuentas bancarias, obtener el mejor lugar en tu grupo, por la buena o por la mala, querer ser mejor que el otro (a)...bueno el chiste es tener más¿para qué? ¡quién sabe! pero hay que tener.
Estar contento y confiar que Dios dará lo que falta, muestra que confiamos y somos agradecidos con Dios, claro que no se hace con frecuencia, pero debe ser nuestra costumbre. Para un joven es complicado dar gracias por los tenis o pantalones que no quiere, sin embargo es tiempo de cambiar de actitud y corazón ¿no lo crees? dejar ya esa actitud de nada me gusta y solo quiero más.
No te digo que seas mediocre o que no tengas ambiciones sino que ubiques el porqué de tu avaricia y de la poca gratitud que tienes; sinceramente Dios anhela bendecirte, pero espera de ti un corazón arrepentido por tu pecado y lleno de fe. No hay motivo de para no estar contento, Dios te otorgó todo, hasta su Hijo ¿habrá algo más que te haga falta?
La avaricia carcome a la sociedad de hoy, es obvio, entonces que a cada individuo y ahí te encuentras tú -y yo-; ya sea que ambiciones mejores ropas, vivir en lo mejor de la ciudad, tener unas muy buenas cuentas bancarias, obtener el mejor lugar en tu grupo, por la buena o por la mala, querer ser mejor que el otro (a)...bueno el chiste es tener más¿para qué? ¡quién sabe! pero hay que tener.
Estar contento y confiar que Dios dará lo que falta, muestra que confiamos y somos agradecidos con Dios, claro que no se hace con frecuencia, pero debe ser nuestra costumbre. Para un joven es complicado dar gracias por los tenis o pantalones que no quiere, sin embargo es tiempo de cambiar de actitud y corazón ¿no lo crees? dejar ya esa actitud de nada me gusta y solo quiero más.
No te digo que seas mediocre o que no tengas ambiciones sino que ubiques el porqué de tu avaricia y de la poca gratitud que tienes; sinceramente Dios anhela bendecirte, pero espera de ti un corazón arrepentido por tu pecado y lleno de fe. No hay motivo de para no estar contento, Dios te otorgó todo, hasta su Hijo ¿habrá algo más que te haga falta?
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