jueves, enero 05, 2012

#5 Cuando hablas de más



“Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.”
Amós 5:13 RVR





En esta etapa de la vida, adolescencia o juventud, tomamos fundamentos o criterios de donde sea con tal de tener la razón. No importa cómo, pero hay que ganar. Y muy pocas veces pensamos que callar puede ser también un muy buen argumento o una inteligente estrategia para ganar.
Callar te permite escuchar la versión del otro, el dolor de tu padre o madre, entender que piensa el interlocutor o simplemente ver desde otro ángulo las cosas.
Callar te permite preparar un mejor  argumento para la siguiente prueba o reprimenda que vayas a tener y no lo estoy invocando.
Callar te permitirá dialogar más tarde, pues gritar sólo empeorará las cosas.
Callar mostrará que tu pensamiento de niño (a) ha evolucionado y madurado, aunque tus hormonas estén a punto de estallar.
Callar hará que tu contrario se desahogue  y hasta se cuestione si hizo lo correcto contigo.
Callar te permitirá considerar que hizo Jesucristo cuando sus padres lo reprendieron.
Callar es confiar que para la siguiente todo te saldrá mejor.
Callar no es tan malo, pues  da el lugar a tus padres y te da tu lugar.
Callar hará que cuando sea el momento oportuno de hablar, todos te escuchen.
Callar evitará que seas necio, pues el necio es el que discute sin fundamento.
Callar es también amar, porque no deseas lastimar.
Por esto y por todo lo que se te ocurra, aprende a callar, mucho más si los tiempos son malos y aún más si tus calificaciones no son tan buenas.

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