
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”
Génesis 1:2 RVR
Siempre pensé, cuando era niña, que la vacuidad[1] era como un monstruo, pero creo que es peor aún, pues aunque se aparente vivir satisfecho, lo más seguro es que se esté vacío por dentro y la vacuidad gobierne sin darnos cuenta.
El ser humano fue creado para ser lleno de Dios, de su amor, gracia, perdón, misericordia; sin embargo, andamos caminando por la vida sin nada adentro, vacíos y huecos. ¿No te has sentido alguna vez así? Si vieras dentro de ti ¿qué encontrarías? ¿Hay una gran falta de contenido que te hace sentir terrible, sin esencia o solo (a)? No obstante, hay esperanza, en un principio, antes quela tierra fuera formada y toda esta creación que ves, todo estaba desordenado y vacío, era un asco. Mas Dios con su palabra declaró que fuesen creados los cielos, la tierra, el sol, las aves, las plantas, que se acomodara el mar, los astros, los días… esta es la Buena Nueva, Dios en su palabra quiere darte grandes promesas de vida, de paz, de amor para que no te sientas vacío (a), quiere crear en ti bellas obras, llenarte de Sus obras y darte instrucciones para que ordenes tus pensamientos y emociones que en todo este tiempo se han agolpado dentro de ti y te han hecho daño.
¡Manos a la obra! Es tiempo de llenar tu corazón del amor que Jesús te tiene, sus palabras tienen el poder de transformarte, recíbele y tendrás a un Amigo, Consejero, Señor y Salvador.
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