“Todos se desviaron,
a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Salmos 14:3
RVR
¿Crees que el ser un
individuo que sufrió violación, excuse que ahora sea un violador? O bien ¿Se
justifica que un adolescente asesine a su amigo (a) porque él o ella sufrió
violencia en casa? Son temas muy delicados que nos llevan a la reflexión ¿Quién
es culpable? ¿El adolescente? ¿Los padres? ¿Las circunstancias? ¿La televisión?
¿El descuido? ¿Los amigos? ¿Los juegos bélicos? ¿La familia? ¿La educación
laica? ¿Dios por no intervenir? ¿El sistema? ¿La sociedad?...
La Biblia dice que es
toda la humanidad. Todos nos hemos desviado ¡Sopas! Cada quien trata de justificarse –desde tiempos
de Adán y Eva- y le echamos la bolita a alguien y todos contentos. No es que se
pase por alto al que ofende, maldice, roba, secuestre, viola o asesine, sino
que la humanidad toda se ha corrompido, es una sociedad corroída y lo peor es
que está tan acostumbrada al mal que no ve su condición ni de los frutos que da.
Si cada grupo,
sociedad y sistema hace lo correcto que es temer a Dios y creer que sólo de él
viene la salvación a su corrupta forma de pensar y trabajar, realmente seríamos
librados de esta decadencia. Toda sociedad se inicia con un individuo; así que, si tú o yo reconocemos que necesitamos salvación, recurrimos a él y somos
limpiados, veremos que todos, somos culpables y que urge su intervención en
nuestros caminos, decisiones y vida. Para que buscar más culpables, mejor
busquemos a Dios y sigámosle.
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