"El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos." Proverbios 14:30 RVR
Nunca me han carcomido los huesos, pero la simple imagen que provoca en mi mente ver como se comerían mis huesos, la sensación de unos dientes royendo o raspando parte de mi... hasta me da escalofrío...y más si pienso que sería yo misma comiéndome... mi carne y mis huesos, wuacala!!!!
Pues precisamente sucede esto cuando el humano se la pasa deseando lo ajeno ¿qué has anhelado y no tienes?
¿qué sensación te produce que otros triunfen? Por lo general, si no es que el cien por ciento, hay frustración y aún más si el que avanza es el que nos cae en la punta del pie... Sólo Dios es bueno y nos ama por igual, él nos hizo diferentes, le gusta la diversidad y que seamos de diferentes capacidades, que aburrido sería hacer todos lo mismo, lograr lo mismo, escribir lo mismo, pedir lo mismo, francamente pareceríamos robots , no humanos.
Dios da esta paz al corazón, la certeza de que lo que eres y logras son parte del plan que él tiene para ti...¡wow! no vivirías envidiando y consumiéndote si conocieras el plan de Dios para ti; su plan es que seas su hijo, reconozcas que estás frito sin él y que todo aquello grande que quieras o puedas lograr será a través de él y entonces se acabaron las luchas, tu corazón estará apacible, tranquilo, confiando de que estás agradando a tu diseñador (que es Dios) y no a medio mundo que siempre va tras la fachada, sintiéndote consumido y frustrado por no llenar los estándares del mundo. La envidia carcome, mas Dios da vida y paz... ¡gózalo!
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