"Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; 
y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo,
sino creyente." Juan 20:27 RVR
Tomás significa gemelo en arameo, así que lo más seguro es que Tomás tenía o tuvo un hermano mellizo. En la Biblia aparece pocas veces, el nombre de Tomás y cuando lo mencionan aparece en su mayoría en el Evangelio según San Juan. Y formó parte del grupo de los doce discípulos.
Aunque convivió con Jesús y recibió sus enseñanzas durante tres años, dudó de la resurrección de él; sin embargo, esto a Jesús no lo entristeció, sino que se manifestó a él y le demostró su error. ¿Cuántas veces no hemos dudado como Tomás, el Dídimo? E incluso ¿cuántas ocasiones él Señor nos ha confrontado por nuestra incredulidad? Sinceramente yo creo que nosotros somos el gemelo perdido, porque somos igual a él. Sabemos, vivimos o experimentamos en nuestro andar diario cosas maravillosas que nos hablan continuamente de la gran fidelidad de Jesucristo y dudamos de otras que nos declara.
No seas como “Tomás, hasta no ver no´más” y ¡exacto! Si no tienes fe, te animo, la vista es tan corta, solo verá lo material, lo que perece o desaparecerá, pero si esperas ver cumplidas las promesas de Dios te sorprenderás. Refúgiate en él para ser provisto de más fe. Sé un creyente.
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