“Huye también de
de las pasiones juveniles, y sigue 
la justicia, la fe, el amor y la paz, con
los que de
corazón limpio invocan al Señor.”
2 Timoteo 2:22 RVR
El versículo que
acabas de leer realmente va contra todo lo que hoy en día se hace, la
adolescencia y la juventud; por lo
general, se caracterizan por hacer exactamente todo lo contrario a las
instrucciones que dan los adultos, y pareciera que este consejo está de más. Si
observas un comercial en la tele, ves las páginas de internet o alguna revista verás
que ponen a los jóvenes dando rienda suelta a sus pasiones –ojo con lo que
digo- porque pasiones implica hacer todo lo que se te pega la gana.
La cuestión es
¿podemos hacer todo lo que nuestras pasiones dicen y no habrá consecuencias?
Por supuesto que habrá resultado de tus pasiones, y pasiones no es solamente
sexo, sino también aquellas que te llevan al desenfreno como: embriagarse, no
estudiar, formar pandillas, exagerar en la moda, no obedecer a los padres,
asaltar o talonear para algún gusto, parrandear, agredir o golpear al que te
cae mal, bla, bla, bla… cada quien sabe lo que hay en su costal, y tú sabes
cuáles son tus pasiones.
Dios te pide
vayas en contra, que huyas de todo esto y que mejor sigas lo correcto y de
igual manera tendrás consecuencias, estas afectarán tu vida, habrá efectos
colaterales y seguramente de bendición, pero todo esto se logra con la ayuda de
Jesús, porque ni que fueras superman o batichica, necesitas de su poder y
fuerza para poder superar tus pasiones y seguir a la justicia, al amor y la
paz. También júntate con amigos (as) que de igual forma te comprendan y desean
hacer lo que Dios les pide; así que ¡huye! Más que una orden es una súplica.
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