para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la
muerte;
y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad
librará al que la posee.”
Eclesiastés 8:8 RVR
Internet, televisión, estufa y cama, puso una mujer en el mausoleo de su esposo, la tumba tiene una tapa transparente para ver el cuerpo del
difunto que está embalsamado[1].El
hombre murió hace varios años el 16 de junio del 2010, y los vecinos la denunciaron
por poner música a todo volumen, por lo que la policía tomó cartas en el asunto.
¿Qué onda? Aunque la muerte es
parte de la vida humana y que nadie se puede saltar esta etapa, el humano se
resiste a comprender que algún día moriremos. El versículo claramente lo
explica, el hombre no tiene poder para evadirla ni controlarla y que no hay
manera de hacerle frente… simplemente cuando te toca “entregar los tenis”,
sucederá.
El único que pudo vencer a la
muerte fue Jesucristo, cuando murió –para pagar tus pecados- tomó las llaves de
la muerte, sino es que se las arrebató, para resucitar y dar vida eterna a todo aquel que crea en su nombre. Viviendo
a lado de la gloriosa presencia de Dios, no importará internet, televisión o parientes
que te lloren, Su presencia lo llenará todo… ¡wow! Ya no se ve tan terrorífica
la muerte ¿verdad? Pues recuerda: ten fe en Jesucristo y tendrás más que vida
terrenal, tendrás vida eterna.[2]
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