"Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Daniel 6:10 RVR
Cualquier adicción inicia con algo que hiciste un hábito. No necesariamente debe ser un mal hábito, pues hay buenos hábitos; sin embargo si te vuelves loco por no hacer lo que estás acostumbrado y sientes que no vives si no lo haces, creo que si hay que analizar qué tan adicto eres. Las drogas, el tabaquismo, la pornografía y otros son una muestra de lo mal que te va si quedas atrapado en una mala dicción, pero no son las únicas y aparecerán cada día nuevas ¿o no?
En esta modernidad la juventud está atascada en un montón de aparatos, modas, redes sociales, estilos...bla,bla,bla... que sinceramente están visualizados en este mundo material y pasajero, pero te hacen creer que eso eres: superficial, hueco o sin propósito alguno. Reflexiona: ¿Qué tanto tiempo inviertes a tus padres? ¿qué tanto estás clavado en vídeo juegos o Internet? ¿Cuándo fue que entablaste un diálogo con tu mamá? ¿Cuánto tiempo tardaste en aprender la última canción de tu cantante favorito?¿Tienes una relación diaria con Dios? ¿Has leído los planes que tiene Dios para ti? Creo que vamos cero contra cientos de distracciones ¿verdad?((Checa esta página)
Daniel, fue un hombre completamente adicto a una relación con Dios, su hábito era orar cada día con quien tiene una mejor idea de lo que era su vida, que tenía el poder para ayudarle y salvarlo de todo aquello que le aconteciera. No temió al que dirán, que lo vieran, a las amenazas... Él, a plena luz le buscó en oración. ¡Qué Dios sea tu adicción! De tal manera que no puedas vivir si no te relacionas con él. No pongas de pretexto que no tienes tiempo o que no te entiende nadie, las estadísticas y la historia hablan de que el ser humano se da tiempo para todo lo que quiere ¿o no?
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