martes, febrero 21, 2012

#52 Décimas a Dios


“Y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios… “   Eclesiastés 3:11    RVR


Hubo una mujer que tuvo una “vida loca”, desde niña no fue muy quietecita que digamos, de joven mostró ser muy “open mind” a pesar de que en su época a la mujer se le oprimía mucho. Su vida fue llena de sinsabores, éxitos, inmoralidad, ansiedad, pérdidas, miedos en su interior (así lo expresa en su biografía[1]). Siempre le causó inquietud la existencia de Dios, debido a ello hizo varias obras poéticas y en especial Décimas a Dios[2], en su poesía cuestiona, divaga, imagina, reclama, adora y reconoce a Dios.
Su vida pudo haber recibido el bálsamo de amor que sólo Jesús da; todas sus dudas, temores, cuestionamientos, su soledad, desviaciones y fragilidad hablan de una profunda necesidad de un Salvador, Maestro, Amigo, Consolador o Señor sobre su vida. Y aún así, a sabiendas de su condición, supo reconocer quién era Dios. ¿Sabes qué no tienes que vivir una vida tan confusa? ¿Tener una existencia tan sola? Jesucristo conoce de nuestra necesidad, entrego su vida para  salvarte de esto.
Esta poeta dejo un legado literario, pero ¿por qué mejor no dejar un legado eterno? Que nuestra vida sea el mejor aroma que pueda dejarse en la tierra y no precisamente por la perfección de ejemplo que seamos, sino porque reflejamos a Jesucristo quien nos salvó y renovó el corazón. Además, no sólo dejar décimas a Dios, sino cientos de obras para él como consecuencia de su toque de eternidad en nuestro ser.

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