Romanos 6:11
Por ahí leí esta frase: Murió la
persona que impedía tu crecimiento –tú mismo-. Los valores de Dios no son nada
parecidos a los de este mundo terrenal. Los más vivos son aquellos que sacan
ventaja de todo y que todo sea para “su reino”; mas Dios nos manda todo lo
contrario a morir a todos nuestros derechos, te quiere muerto : X ¡ups! Porque si mueres a tus caprichos,
maldad, ego, o necedad y dejas que viva
Dios, podrás disfrutar vida ¡qué loco! ¿Verdad? Morir a ti, para vivir en él. ¿Y
para qué? Pues, como tu vida no es tuya,
sino que te fue otorgada, es para que
sirvas a Dios, para que seas bendecido y seas bendición a otros con amor,
gracia, misericordia.
Recuérdalo, tu vida no es tuya,
es prestada; así que aprovéchala bien, no la malgastes. Todos los días debe haber un funeral en tu
casa, morir al pecado, a tu egoísmo o a tu mundito narcisista[1],tal
vez digas, ¡No quiero! ¿Y por qué yo? Y yo te replico: ¿Y por qué no? Ya es
tiempo de morir más a ti, a tus deseos, a los berrinchitos, necedades…bla,bla,bla.
Además no eres el único. Hubo uno que de “adeveras” murió y murió sin
tener culpa: Jesús. No hizo tanto drama,
sino que supo vivir este principio: el que muere para sí ( al pecado) tendrá
mucha, pero mucha vida… tanta que a ti y a mí nos regaló la vida eterna. ¿Cómo
ves? Eso si es un funeral.
[1] (Por alusión a Narciso, personaje
mitológico). m. Hombre que cuida demasiado de su adorno y
compostura, o se precia de galán y hermoso, como enamorado de sí mismo.
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