“…5 veces he recibido 40 azotes menos 1. Tres (3) veces he sido azotado con varas, 1 vez apedreado; 3 veces he padecido naufragio; 1 noche y 1 día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajo y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y en sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.” 2 Corintios 11:24-28 RVR
Cuando se te ha escogido o asignado el título de algo, sabes perfectamente entonces que tú eres quien debe responder a ese llamamiento, no importan las adversidades, conflictos, contratiempos y todo aquello que se avecine con tal de cumplir tu papel ¿o no te pasa en la escuela? ¿cuándo te dejan un encargo?
Pablo menciona en esta cita bíblica que ha padecido mucho, yo con la primera – que son los azotes- me muero - jajajaja- . Todo lo soportó por cumplir el mandato de Dios: predicar las Buenas Nuevas de Salvación. Supo quien lo había llamado, lo que tenía que hacer y aunque la muerte quisiera entremeterse, aún así terminaría su cometido. ¿Qué te hace resistir?
El amor de Pablo por Jesús le hizo mantenerse hasta el final, que un amor así por Jesucristo te empape, que haya una relación tan profunda que sepas con certeza qué el está contigo en cada paso que das o cada decisión que tomas. No siempre serás bien visto o las circunstancias no siempre serán muy favorables, pero sabrás resistir porque sabes quién te ha llamado. No te desquebrajes a la primera, mejor haz como Pablo, puso sus ojos en Jesús y todo lo soportó por amor. ¿Qué curioso no? lo que mantuvo a Jesús en la cruz también fue el amor, es decir, el amor que te tuvo a ti y a mí.
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