"Y Jesús llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen que comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. Mateo 15:32 RVR
¿Has sentido alguna vez compasión? Compasión es sentir misericordia por alguien, que te duela la condición del otro y querer hacer algo para ayudarle. Por lo general, ese otro es tu prójimo: desde tu padre, un enfermo, tu hermano(a), alguien confundido, un amigo, el drogadicto de la cuadra, un niño de la calle, el anciano(a) que pasa por ahí, la mujer maltratada, la pobreza del indigente, los damnificados a causa de un temblor, inundación o incendio...¡uf! hay miles de casos que pueden conmover el corazón y hacer llorar al más duro.
Si algún deseo hay en ti para socorrer y mostrar piedad por otro, ese sentir, lo deposita Dios para que a través de ti se ayude a muchos. Jesucristo sintió lo mismo en la tierra por multitudes (Mateo 9:30), por los enfermos (Mateo 14:14, por la necesidad de la gente (Marcos 8:2)... y no se quedó con las intenciones sino que ayudó, oró, dio palabras de aliento y por ellos ( y todos nosotros) entregó la vida ¡wow!
Hoy en día el joven esconde su compasión por otros, pues creen que es signo de debilidad o de torpeza ¡pero no es así! toda esta pasión por ayudar o la compasión que tienes, necesita ser bien dirigida y empleada si no ¿quién ayudará al necesitado? Dios quiere hacerlo, pero necesita de corazones dispuestos y de manos en esta tierra. No aniquiles esta bondad o misericordia que hay en ti, mejor practícala como respuesta al amor que Dios te ha dado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario