domingo, junio 17, 2012

#169 ¿Para qué esperar?




“Bendice alma mí, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias. El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”  Salmos 103:1-5  RVR



Este es un salmo que agradece y alaba a Dios por sus bendiciones; el salmista está buscando a Dios en el momento de su abundancia y bien, está en un momento tan grato y alegre que solamente puede decir palabras de amor y alabanza. ¿Cuántas veces has estado así de alegre? Ahora bien ¿cuántas veces miras al cielo y agradeces a Dios por ello?


Ahora  pregunto ¿para qué esperar? Qué maña de todo ser viviente de esperar una desgracia para recurrir a Dios y verle todas las cosas grandiosas que puede hace por uno. ¿No lo crees un poco egoísta? –ja!  Se me olvida que sí somos muy humanos y ególatras… aunque tú puedes ser la diferencia y conquistar el corazón de Dios, él se complace en aquél que lo reconoce en todo tiempo y de aquel que sabe deleitarse por cada detalle: por la cama en que duermes, por la mañana lluviosa, por el lunch aplastado, por la caminata con los cuates, porque mamá o alguien te espera en casa, por el mal chiste de tu compañero…

Es cuestión de reconocer cuán malos somos y que bueno es Dios aún por bendecirnos, amarnos y darnos su perdón, pese a todas las faltas y errores  que cometemos. No esperes el momento malo para valorar a Dios, disfruta y gózate en un Dios que de continuo desea estar contigo, ¿para qué esperar? ¡Hazlo en estos momentos!

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