“Los sacrificios de Dios son el
espíritu quebrantado; al corazón
contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.” Salmo 51:17
RVR
Desgraciadamente
nunca está de moda la humildad, es más, nadie quiere vestirse de ella; por lo
general, la humildad es vista como estupidez, porque no es posible que alguien
sea sencillo (a) y noble cuando debe de mostrar toda su gloria y potencial. Sin embargo, esto
es pura apariencia, y al mundo le gusta la apariencia, aunque en lo secreto sienta
otra cosa. ¡Qué hipocresía!
Tener el corazón
contrito es como tenerlo hecho pedacitos
¿a poco no lo has vivido? ¡Se siente horrible!
No se las causas por las que te hayas sentido así, pero Dios sí y es el
momento exacto donde Dios quiere intervenir y sanar tu corazón, darle el amor y
cuidado que no ha tenido, ya sea porque nadie lo ha valorado o porque has
sufrido una terrible desilusión.
Hoy la moda va
con lo que puedes aparentar, pero la sencillez con lo que eres, y Dios va con
ello, por eso no puede desecharte cuando llegas a él todo deshecho, hecho una
piltrafa, quebrado y humillado. ¿A caso no lo vivió su Hijo Jesucristo? ¿A caso
no crees que sepa perfectamente que se siente? Pues aunque la humildad no esté
de moda, no dejes de practicarla y si las circunstancias te han llevado al
quebrantamiento, no olvides que Jesús te comprende.
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