"Todas mis fuentes están en ti." Salmos 87:7 RVR
Es muy difícil para alguien decir que toda su fuente de felicidad y satisfacción está en una sola cosa, siempre hay ese aguijón de insatisfacción que te hace pedir más y más... y cuando menos te das cuenta estás hundido en el mar de la ingratitud, sino es que hasta amargado por lo que te hace falta adquirir o tener. Y esta basura nos la alimente constantemente el mundo, te lo recuerda la tele, te insiste Internet, los amigos te provocan y para rematar tu pecado te remata -jajaja
Pero el salmista, supo que aunque tuviera todo, el único que llenaría todo su vacío sería Dios, por ser quien lo creó, por ser su diseñador, el dador de vida y existencia. Así que sin excepción Dios quiere y espera ser todas tus fuentes, aunque me gustaría añadir que si a pesar de tu confusión no logras reconocer que él puede ser todas tus fuentes, aún así lo será y que esperará hasta que estés listo para reconocerlo.
Una fuente siempre proporciona saciedad cuando estás sediento, está lista para tomar de ella y que nunca se agotará, de igual forma Dios quiere estar presente en cada una de las etapas de tu vida, que cada vez que te encuentres en esa rachita de insatisfacción o frustración sepas que Jesús anhela saciar tu sed, revelarse como el Señor de todo tu ser y que siempre, por la eternidad (por cierto te recuerdo que eres mortal) está disponible para aquel que le llama y busca... sin excepción.
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