Muy poca, pero muy poca gente es constante, es requetedifícil forjar buenos hábitos y mantenerte en ellos; sin embargo, que bien nos hace aplicarlos diariamente en nuestras vidas ¿verdad? Pues, en la brevedad de este versículo nos anima a hacer algo tremendo y poderoso con constancia y sin descanso: orar, es decir, comunicarte con Dios.
Pero no es con el deseo de ponerte una carga o castigo; sino como una necesidad imperiosa; orar es buscar el rostro de Dios y decirle todo, en todo tiempo; es como platicar constantemente con un amigo (a) ¿Acaso no te encanta pasar horas conversando con tu mejor amigo (a)? ¿Acaso no se te van con los amigos las horas como agua? De igual forma debe ser así con dios cada pensamiento tuyo, idea, plan, sueño o porque no una simpleza, dásela a conocer al que debe ser tu mejor amigo: Jesucristo.
Sin cesar, es sin descanso, siempre, no dejar de hacerlo... pero sinceramente es lo primero que hacemos, ante una dificultad, una frustración o un problema, lo que menos queremos hacer es orar, nos ponemos en huelga y debemos hacer lo opuesto; así que no dejes de suplicar a Dios si tienes una necesidad, estás en una encrucijada, si estás feliz, si hoy te enojaste... en fin, tú ya sabes... mejor persiste en buscar el rostro de Dios y platicar, porque lo más seguro es que te sabrá aconsejar y guiar.
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