"Ciertamente me escuchó Dios, atendió a la voz de mi súplica."
Salmos 66:19
Muchas veces creemos que nuestra voz no es escuchada, mucho más en este mundo tan ajetreado y ruidoso... bien lo dice un refrán mexicano "mucho ruido y pocas nueces", es decir, se habla tanto, pero hay poca sustancia. Entonces preguntarás ¿quién puede escucharme?
No eres una voz sin voz, eso te hace creer el mundo; hay alguien que puede y quiere escuchar tus súplicas, tus sueños, aquello que te hace temer, o simplemente poder decir lo que realmente piensas, sin que te vean feo... y ese es Dios, él conoce todo de ti y sabe cuánto necesitas de él; por tanto acércate, que en tu corazón haya la certeza de que puedes ser escuchado y amado.
¿Estás como para darte un tiro porque nadie te entiende o te presta atención? Pues te tengo buenas nuevas, si hay quien puede escucharte en todo tiempo, es más en este mismo momento... cierra tus ojos y cuéntale a Dios cómo estás, que no todo está bien, que anhelas saber que eres oído y amado... No dejes que este mundo te condene y te haga creer que Dios no te ve y no te escucha, tu voz, si tiene voz, te invito a constatarlo cada mañana cuando ores y platiques con Dios.
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