Casi siempre, si no es que siempre, a los jóvenes los tachan de rebeldes, mal hechos, tercos, etc. ¿o no? y los adultos les critican que les falta experiencia, que no conocen todo, que les falta por vivir, bla, bla, bla... Y cuando me topé con este versículo, me encantó por el hecho de no dar por sentado que la edad lo es todo, que en la vida nos encontraremos con casos así: que el joven sea el cuerdo y el adulto el terco -jajaja- aunque esto no es para reírse, pues realmente no importa la edad, sino que feo es ser necio y no ver más allá de las narices cuando estás mal.
Y no necesariamente tienes que ser pobre para ser sabio, la Biblia es muy clara en cuanto a decirnos de donde proviene la sabiduría, la sabiduría proviene de tener temor a Dios (Proverbios 1:7), es decir, de tener cuidado en tu vida diaria para no lastimar y pecar contra Dios... así que si eres un joven que estás colocando a Dios como tu meta y propósito en tu vida, seguramente andarás en esta vida sabiamente y no como el hombre viejo que no acepta consejos, basado en su propio criterio, aunque esté todo mal.
Así que, ya seas joven, viejo, mujer, hombre, rico, pobre... necesitas de la sabiduría de Dios y que el ser de corta edad no te exenta de tener buenos aciertos, si tu vista está puesta en el autor y consumador de la fe, que es Cristo Jesús, porque tus decisiones y aquellas cosas que hagas estarán basadas en la Palabra de Dios y no en tu cordura, en tu buen sentido o en tu experiencia, sino en lo que piensa Dios. Te animo a ser un joven sabio y entendido.
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