“Pero los que hemos creído entramos en el reposo.” Hebreos 4:3 RVR
La desesperanza acaba con la certeza de las promesas de Dios. Cuando Dios promete algo, lo hará… él no miente, no es como el ser humano, como papá o mamá, como tu cuate(a), como tu maestro (a) sino que él es tan fiel a lo que promete que no descansa hasta hacerlo…pero a veces se requiere tiempo y es ahí donde no sabemos esperar ¡ups!
¡Qué maña del hombre de comparar a Dios! ¡Qué poco le conocemos! En una relación conoces y compruebas quien es la otra personita, sólo que poquitos se dan a la tarea de querer saber quién es Dios, lo que piensa, como le hace, que quiere… no te estoy mandando al Tíbet para que te la pases en transición para poder comprender el todo de Dios, pues nunca podrías porque el hombre no tiene la capacidad para capturar la grandeza de Dios; pero, sí de que cada día absorbas, a través de la Biblia, pequeñas porciones del pensamiento de Dios.
Quieres entrar en el reposo, tendrás que creer…si no puedes dormir, tendrás que creer que él te dará paz, si te angustia una situación familiar, descansar porque creerás que él te ayudará, si el conflicto es con unos cuates, reposarás cuando veas en la Biblia que él te promete seguridad… lee cada día un verso diario y verás el poder que salta de sus páginas a tu corazón, si le crees. No necesitas mucha fe, solamente un poquito, como un grano de mostaza (que es la semilla más pequeña), así que no desesperes, mejor confía, entra en Su reposo.