"No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba , como en el día de Masah en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras." Salmos 95:8-9 RVR
Este verso menciona dos lugares en los cuales el pueblo de Israel se portó mal; yo no sé tú, pero yo tendría más de dos lugares que recuerdo en que me porte bien mal, ya sea de niña, de adolescente o joven y p'os de grande también. No lo digo con orgullo, al contrario me hace pensar la condición en que estaría si Cristo Jesús no me hubiera perdonado y confío que tú también disfrutes de este amor y perdón que Dios da.
En Meriba y Masah Israel exigió agua, pensaron que morirían de sed en el desierto y se quejaron, no podían creer como Dios se le ocurrió sacarlos de Egipto para morir así. Esto muestra una total falta de fe ¿a caso no habían visto las plagas? ¿no vieron como se dividió el mar en dos? ¿dónde estaban cuando Dios les proveyó carne y maná? Sinceramente, este pasaje se parece mucho a nuestra vida diaria, estas quejas, esas malas caras...solamente que ahora las cambiamos por unas más actuales.
No vivas en Meriba y Masah, donde continuamente estás disgustado, con una mala actitud, que estás poco agradecido, de corazón incrédulo y rebelde... Dios mostró a Israel mucho más poder, amor, misericordia y gracia en cada ocasión que Israel pensó en la fatalidad. Creo que toda dificultad, carencia o problema fueron una excelente oportunidad de mostrarle a Israel que él era, es y será Dios. ¿Qué hay de ti? ¿qué circunstancia es la óptima para que él manifieste su poder? Pues deja de quejarte y deja obrar a Dios.